Ante todo, somos una empresa familiar

Podemos definirnos como una familia de dos generaciones de emprendedores empedernidos, pues ni cuando las cosas van mal, nuestro corazón se detiene para innovar. Nos gusta mostrarnos cercanos a nuestros clientes para que os sintáis como en casa, ofreciendo lo que tenemos y esperando que todos y cada uno de vosotros os llevéis un recuerdo inolvidable, entrañable y duradero. Porque lo que hacemos, lo hacemos con pasión, esfuerzo y tesón.

Comenzamos nuestra andadura por el sector del turismo en la década de los noventa, en plena crisis, creando un novedoso producto turístico que no existía como tal hasta ese momento: las ahora conocidas “casas-cueva” de Galera. Sí, aunque suene poco modesto, es de recibo afirmar que nosotros (junto a otro grupo de amigos) dimos un gran impulso al turismo rural mediante la oferta de alojamiento en estas viviendas naturales tan características, que por cierto ya existían mucho tiempo atrás; ahora se denomina “turismo troglodítico”. Y nos enorgullece ver que, gracias al esfuerzo e ilusión tan enormes que pusimos en su momento, no sólo nuestro territorio del Altiplano de Granada es más conocido y ha mejorado en todos los aspectos socio-económicos, sino que también se ha extendido más allá de nuestras fronteras.

Han sido numerosos años de trabajo y energía en la realización de un sueño (fruto de lo cual nos concedieron varios premios al turismo), de viajes interminables, de ferias y de eventos de promoción agotadores…pero valió la pena y, por ese motivo quisimos seguir invirtiendo en nuestro pueblo aprovechando el auge del turismo rural. En el año 1999 decidimos adquirir un cortijo prácticamente inhabitable y ruinoso para seguir ofreciendo un producto diferente, pero complementario y de calidad a la gran cantidad de visitantes que recibíamos de cientos de lugares diferentes: un antiguo molino de harina, rehabilitado y convertido en apartamentos rurales de clase primera y que, desde entonces, forma parte de nuestras actuales instalaciones de El Molino de Morillas.

Pero no todo han sido éxitos y alegrías. Al igual que el resto de empresas del sector, hemos atravesado varias crisis a lo largo de nuestra historia emprendedora, algunas de las que han estado a punto de hacernos bajar la persiana. No obstante, la constancia y el empeño en mantener lo que tanto nos había costado crear nos hizo (y sigue haciendo) luchar cada día que pasa para mejorar y perdurar en este negocio: un negocio que amamos. 

En definitiva, somos lo que nuestros clientes y todas aquellas personas que nos han acompañado en esta aventura del turismo nos habéis ido ofreciendo en cada visita, en cada alago y en cada empujón durante el transcurso de nuestra historia, que esperamos continúe muchos años más.

Te esperamos siempre.